Ser un músico callejero es duro. Tocar en una acera todo el día no solo te acalambra los dedos y te hace doler la espalda, sino que también es difícil conseguir una verdadera audiencia. Este músico callejero de Malasia ya había tenido suficiente ese día y estaba a punto de terminar su presentación… cuando se dio cuenta de que, después de todo, alguien sí estaba disfrutando de su música.
¡Solo que no era el tipo de audiencia que él – ni nadie más – esperaría ver!
Un grupo de gatitos, de unos tres meses de edad, caminaron justo hacia donde estaba el músico y se sentaron pacientemente mientras él interpretaba una canción.
Al principio eran solo dos gatitos, pero luego aparecieron más…
¡Mira su reacción cuando lo escuchan tocar!
Esto es tan dulce… ¡Espero que estos gatitos le hayan dado una buena propina!
¡Comparte a estos gatitos y su pasión por la música con tus amigos!